Villanueva del Trabuco no es de los asentamientos más antiguos de la provincia, aunque hay testimonios de que el pueblo estuvo poblado desde épocas remotas. Al igual que en los municipios cercanos, el hombre estuvo aquí presente desde la Prehistoria, tal como lo demuestran los yacimientos arqueológicos encontrados en el pueblo, pero después del período romano y su continuación con la presencia de los visigodos, la zona apenas si aporta señales de presencia humana importante.
La leyenda del origen del nombre del municipo cuenta, que existía una venta en un cruce próximo al pueblo, cuyo propietario, para proveerse de víveres se dirigía a Archidona. En sus continuos viajes era asaltado por los caminos y le robaban las mercancías, por lo que decidió comprarse un trabuco (arma de fuego), del que no se separaba ni a sol ni a sombra, de ahí, que cuando fue a Archidona decían “aquí viene el tío del trabuco”, posible origen del nombre de este municipio.
La gastronomía de Villanueva del Trabuco viene determinada por los productos que se cosechan sobre el terreno y en los cuales predominan el aceite de oliva y la harina. Los platos típicos son el potaje, llamado popularmente «olla», el guisillo de San José, las migas, la porra caliente, los pestiños, compota de membrillo, roscos toscos, setas asadas, papanduas, ajo blanco, carne de membrillo.
Villanueva del Trabuco te ofrece unos parques de multiaventura para practicar el arborismo. El parque está situado en el entorno natural de la Sierra de los Camarolos y tiene una superficie total construida superior a los 700 m. Consta, además, de circuitos tanto para adultos como para el público infantil. Dispone de circuitos como el Rocódromo, Toneles voladores, Puentes de varios tipos (malayos, tibetanos, mono), Pasarelas de equilibrio y alternativa, red vertical, vía ferrata, Tirolina y red de freno y descanso, así como con Patinete, columpios de madera, rodillo, combas, ruedas, teleférico y lianas, entre otros.
