Una pequeña higuera fue su primer bonsái. En la primavera del 1988 un malagueño aficionado a la cacería cambió la escopeta por las tijeras de podar y se acercó más delicadamente a la naturaleza. Sebastián Luque, vecino del municipio de Villanueva de la Concepción, lleva cerca de tres décadas cultivando esos pequeños árboles que desde la antigua China se consideraron un arte por el emperador Tashio en el año 2.000 antes de Cristo. Más de 200 bonsáis forman parte de una colección que cuida con esmero.
El arte del bonsái llego a su vida por casualidad. Un mundo que conoció de modo autodidacta hasta que paso a formar parte de la Asociación de Bonsáis de Benalmádena. Olivos, algarrobos, alcornoques, encinas, espinos albares, olmos o mirtos son algunas de las especies que conforman la colección de este amante del bonsái.
Una afición muy sacrificada que Sebastián Luque vive con intensidad desde que a las seis de la mañana suena su despertador para ir a regar los árboles que acoge en su patio. En la época estival, el riego lo realiza tres veces al día.
Pero no solo los cuidados físicos son lo que dan belleza a los más de 200 ejemplares de este apasionado por el arte del bonsái, sino que Sebastián habla a sus plantas para realzarlas: «Ellos sienten las vibraciones de sus cuidadores», asegura.
Luque ha sido ganador de varios concursos, como el primer premio provincial en 2008 (espino albar) o el segundo premio provincial en 2006 (acebuche).
Hace cinco años Sebastián tomo la decisión de fomentar la afición en Villanueva de la Concepción fundando la Asociación Amigos del Bonsái Ciudad de Oscua. De esta forma, cerca de 40 personas se reúnen para aprender a cultivar bonsáis semanalmente mediante las indicaciones de este veterano aficionado.
Los bonsáis de Sebastián Luque van desde el enano que esta plantado en una maceta tan pequeña como un dedal hasta árboles que superan los 200 kilos de peso. Asimismo, en el mundo del bonsái tiene gran relevancia la edad del árbol. En esta colección las edades superan los 450 años de edad.
Como comenta Luque todos los bonsáis expresan una historia: «Cada árbol expresa sus años a través de la textura de la corteza, del tronco, de su base, observando el árbol se puede ver cómo ha vivido, por ejemplos hay árboles que dan sensación de sufrimiento». Así, mediante determinadas técnicas Luque modela y da forma a cada árbol escribiendo una historia en cada uno de sus ejemplares.
