La planificación de la compra nos ayuda a adquirir las cantidades adecuadas para evitarnos sólo pérdidas de calidad, sino también problemas de seguridad alimentaria.No es conveniente comprar más de lo que se pueda conservar debidamente. Cómo hacer una buena planificación:
En primer lugar hay que elaborar una lista. La hacemos en 3 columnas (alimentos que no necesitan frío, alimentos refrigerados y alimentos congelados), así evitaremos en todo momento romper la cadena de frío!
En segundo lugar, la compra debe comenzar por los productos que no necesitan frío (conservas, bebidas,…), seguir por los refrigerados (frutas, verduras, carnes, yogures,…), y acabar por los congelados. Así impediremos que se rompa la cadena de frío, y nos ayudara a evitar aumentos de temperatura que faciliten el crecimiento de microorganismos en estos alimentos. Recuerda ¡no romper la cadena de frío!
