Si nos ponemos a reflexionar donde se dirige el fruto de todas nuestras acciones, como recompensa dada, por algún trabajo hecho o por cualquier prestación dirigida hacia otras personas, llegaremos a la conclusión de que todo, todo se hace por dinero.
Desde que pasó el tiempo del trueque consistente en el intercambio de bienes o objetos como pago a sus necesidades, “leche por huevos, carne por pescado” etc. se utiliza a tal fin el Dinero. Desde entonces todo se centra en tener mientras más mejor, y así poder decir que cuanto más dinero tienes más vales, hasta llegar a la conclusión de destruirse las personas que convivían de buena fe. Ya no nos conformaremos en conseguir, con nuestro trabajo, el dinero suficiente para comer y vivir normalmente, sin odio, sin envidia y sin malas intenciones.
Optaremos por el derroche, el mal uso y la destrucción del buen sentido común. Por consiguiente, el único fin para conseguir nuestro bienestar solamente, será llenando las arcar del poder, así como sin intención de acordarse del que más lo necesita. Y si algún día nos preguntan, cual es el mayor desestabilizador del hombre en materia del bienestar. Les diremos el “Maldito dinero “ como también que de seguir así los países desarrollados, intentando conseguir mientras más dinero mejor haciéndose ricos y poderosos, aún que sea aplastando a los más débiles, serán culpables de todo mal.
Manuel Hidalgo
