Lo que hace apenas un mes parecía un reto inalcanzable, hoy es una realidad
En el deporte, hay caminos que se recuerdan más que los destinos. Y el que ha recorrido el Sano Antequera esta temporada ya forma parte de la historia del club, de la ciudad y del corazón de todos los que nunca dejaron de creer. Lo que hace apenas un mes parecía un reto inalcanzable, hoy es una realidad, porque el Sano Antequera BM Torcal es subcampeón de Segunda División Nacional y jugará la Fase Final para conseguir el ascenso a Primera.
El Fernando Argüelles fue este fin de semana mucho más que un recinto deportivo. Se convirtió en el escenario donde un grupo de jugadores, entrenadores y aficionados escribieron un capítulo inolvidable, hecho de esfuerzo, pasión y coraje.
La semifinal del sábado ante el Maravillas Benalmádena fue la primera gran batalla. Un duelo malagueño cargado de tensión, igualdad y nervios de acero. Desde el primer minuto, ambos equipos mostraron su ambición, pero fue el Sano quien llevó la iniciativa en los momentos decisivos. Miguel Ángel Soto se erigió en figura, firmando trece goles de enorme peso, bien acompañado por José Antonio Gómez, autor de siete tantos.
El partido fue un pulso constante, un intercambio de golpes sin respiro que mantuvo al público en vilo hasta el pitido final. Con el marcador ajustado y el corazón en un puño, el Sano supo gestionar los últimos instantes con inteligencia y sangre fría llegando al 31-30 final, que desató la euforia en la pista y en las gradas, porque el primer objetivo estaba cumplido y la final ya era una realidad.
Pero más allá del resultado, lo que se vio sobre el parqué fue la confirmación de una identidad: un equipo valiente, resiliente y capaz de crecer en la adversidad. Un equipo que hace apenas unas semanas, tras momentos complicados en la temporada, parecía lejos de llegar hasta aquí, pero que supo rehacerse, fortalecerse y llegar a la cita más importante con su mejor versión.
La final del domingo ante el Proin Sevilla fue otra historia de coraje, aunque esta vez el desenlace no fue el soñado. El Sano salió a competir sin complejos, dispuesto a pelear cada balón como si fuera el último. Durante muchos minutos, el partido navegó en la igualdad, con alternativas constantes y un intercambio de goles que mantenía viva la esperanza.
Fran Reyes fue el gran estandarte ofensivo, firmando 9 goles en una actuación sobresaliente. También destacaron José Antonio Gómez y Gonzalo Álvarez, ambos con 5 tantos, en un esfuerzo colectivo donde cada jugador dejó todo lo que tenía.
Sin embargo, en los minutos finales, el empuje físico del Proin Sevilla y los goles de siete metros que sólo pudo gozar el equipo rival durante el partido, terminó decantando la balanza. El 29-32 final dejó al Sano en el segundo escalón del podio, pero no empañó en absoluto el torneo realizado. Al contrario, este subcampeonato andaluz sabe a victoria. Porque el gran objetivo, el sueño por el que se ha luchado desde septiembre, está cumplido. Ahora, el Sano Antequera está a tres partidos del ascenso directo a Primera División Nacional en la Fase Final.
Un sector que reunirá a los mejores equipos del país en esta categoría, divididos en seis grupos y con una sola plaza de ascenso en juego por cada grupo. Un desafío mayúsculo, sí, pero también una oportunidad histórica para seguir soñando, para seguir creyendo y para seguir escribiendo páginas doradas en la historia de un club con dos años y medio de existencia.
Este equipo, que hace apenas unas semanas parecía condenado a mirar desde lejos esta competición, ha demostrado que en el deporte, la fe y el trabajo son más poderosos que cualquier pronóstico. Que cuando un vestuario se une, cuando una ciudad empuja y cuando el alma late más fuerte que el cansancio, todo es posible.
Porque nada ni nadie puede frenar a un grupo que, con humildad y deportividad, con un trabajo incansable y buena voluntad en todas las facetas de la entidad, pero, sobre todo, sin lastimar al prójimo, está creciendo desde lo más bajo. Y no hay mayor honra que esa. Hoy, el Sano Antequera BM Torcal no sólo es subcampeón de Segunda en Andalucía. Es un equipo que representa un espíritu, una manera de luchar y una forma de soñar en verde.
Es el mejor homenaje al origen del balonmano en la ciudad, el Balonmano Torcal, una denominación histórica para un club nacido en 2022 que ha vuelto para quedarse, con orgullo y respeto por nuestro deporte. La historia no termina aquí. De hecho, apenas acaba de empezar.
