La Confederación LGBT Española COLEGAS lamenta la aprobación en el último mes de las duras legislaciones antihomosexualidad en Uganda y Nigeria que constituyen un gran retroceso en la aplicación de los derechos humanos en el continente africano.
Si la durísima ley en Uganda contempla la cadena perpetua en casos de reincidencia y otros supuestos, la nueva ley en Kenia baraja penas de hasta 14 años por simplemente firmar un matrimionio u unión con una pareja del mismo sexo. Además condena con hasta 10 años de prisión el activismo LGBT, prohibiendo las organizaciones de lucha por los derechos LGBT o incluso cualquier manifestación de apoyo de estos derechos, contraveniendo los derechos de expresión y de asociación previstos en cualquier sociedad democrática.
“Desde COLEGAS nos preocupa enormemente este retroceso en los derechos LGBT en el continente africano, de por sí bastante deteriorados. En los últimos años está apareciendo una ola de endurecimiento de penas por homosexualidad, de por sí ya prohibidas legalmente, debido al incremento del clima de homofobia social creado por las iglesias y sus telepredicadores. Se trata de una clara contravención de las leyes internacionales a favor de los derechos humanos, firmadas por ambos países, y además vulnerando los derechos de expresión y asociación previstos en cualquier sociedad democrática.”, ha declarado Paco Ramírez, presidente de COLEGAS.
“Desde COLEGAS pedimos al Ministerio de Asuntos Exteriores que flexibilices las condiciones de asilo por orientación sexual para los gays proveniente de Uganda y Nigeria, además de muchos otros países que castigan el amor entre las personas del mismo sexo con grandes penas de prisión cuando no la muerte incluso en algunos países”, ha agregado el presidente de COLEGAS.
“También solicitamos al gobierno español y a la Unión Europea un verdadero compromiso por los derechos humanos en África, y que se presione a Uganda y Nigeria para que deroguen este tipo de leyes criminales. Además esperamos que se reconsideren las ayudas de cooperación internacional que tienen estos países si siguen incumpliendo tan fragantemente los derechos humanos”, finaliza Ramírez.
