Hay ciertos momentos en la vida de las personas, como también ciertas etapas que se repiten a lo largo de los años, en las cuales nos venimos abajo, nos desinflamos o nos sentimos incapaces de reaccionar ante cualquier evento, por fácil que lo parezca. Y es como si hubiésemos tirado la toalla, como si hubiésemos parado en seco y nos bajáramos de este tren.
Sí, es totalmente cierto y ocurre más veces de lo que se piensa uno. Esto suele pasar justo después de haber sentido grandes emociones, grandes alegrías y satisfacciones. Como por ejemplo, todo lo que culmina en un estado de bienestar. Como la Navidad, las ferias, las fiestas, la Semana Santa, las vacaciones, pero sobre todo los días más señalados de uno mismo. Pero por mucho que esté uno hundido, nunca jamás hay que tirar la toalla. Y esto siempre, siempre tiene una solución, la cual está basada en el amor que tú todavía eres capaz de dar a los que tanto te quieren.
Manuel Hidalgo
