Aparte de ser una disciplina con un alto contenido de trabajo físico-deportivo en los cuales intervienen y se adquieren factores como potencia, velocidad, dureza, y un gran nivel de elasticidad y coordinación, características de aquellos que practican Kárate, existen en esta disciplina marcial otros factores aún más importantes que los anteriores expuestos y que se ubican dentro de la parte interna y espiritual de las personas.
Las características más peculiares de la mujer y también del hombre que se decide a emprender el largo y duro camino del Kárate suelen ser la voluntad, fortaleza, decisión, valentía, disciplina y poder de sacrificio, la falta de una de estas actitudes inmateriales en el karateka, ya sea mujer u hombre, les llevará a difuminarse a través del tiempo, llegando a abandonar la práctica del Kárate, sólo aquellos que mantienen intactas estas cualidades llegarán a entender la verdadera esencia de este Arte Marcial. No hay que olvidar que una de las facetas más importantes y que puede ser de una gran utilidad para la mujer, es el apartado del kárate como defensa personal y aumento de la autoestima, de esta manera, la mujer aprenderá y se adiestrará en el combate, adquiriendo técnicas de defensa y contraataques las cuales las dotará de una seguridad en sí misma aprovechable para enfrentarse a cualquier situación de riesgo que peligre su integridad física.
Algunas pensarán que practicar un deporte de combate o la defensa personal les puede restar algo de feminidad y están en un error, la mujer que practica Kárate moldea su cuerpo hasta límites insospechados pues practicando esta disciplina se desarrollan grupos musculares que en otros deportes no se activan y se adquiere un tono muscular idóneo y atractivo, por tanto el cuerpo de la mujer se moldea con la práctica del kárate y su nivel físico aumenta en velocidad de reacción, potencia, fuerza y belleza.
LUIS MARTIN RUIZ
Profesor de Kárate del Gimnasio Torcal
