Rajoy, jefe de filas de Barón, prepara una Reforma Electoral que afectará a los 8116 ayuntamientos, buscando afanosamente retener todas las alcaldías posibles.
Las nefastas políticas del PP en Antequera y en España, le están ocasionando una pérdida de votos tal, que se están viendo obligados a “tirarse al monte”. Tanto es así que quizá aprueben esta reforma en solitario, sin buscar el consenso de las demás formaciones del arco parlamentario. Las declaraciones de Rajoy el pasado domingo, así lo confirman.
Los escasos datos que se conocen de su propuesta apuntan a cambios para otorgar la gobernabilidad de un municipio a la lista que logre un 40% de apoyos y saque al menos 5 puntos al segundo partido. De no obtener ese porcentaje, se celebraría una segunda vuelta, en que se enfrentarían los dos candidatos más votados.
Pero una reforma de tal calado tiene muchas aristas que darían varios folios más y no pretendo ningún exceso.
Según los resultados de la última consulta a los ciudadanos de nuestra ciudad, aplicando esta reforma prevista, el alcalde de Antequera seria Socialista. Ahora bien, a nadie se le escapa que los comicios municipales de Mayo del 2015 previsiblemente ofrecerán registros distintos a las pasadas Europeas.
Si este “golpe a la democracia” se abre camino y su aplicación se hace en la próxima convocatoria sería conveniente plantearse algunos supuestos que hoy por hoy nadie se atreve a poner sobre la mesa de debate, pero que están en la cresta de la ola mediática y en la mente de cualquier político que se precie.
Por ejemplo ¿Qué pasaría en una hipotética segunda vuelta?
Las formaciones políticas que no obtuvieran apoyos en porcentaje cercano al partido más votado al quedarse sin opciones alcaldables, se verían obligadas a tener que decir a sus votantes que apoyaran al alcalde progresista del PSOE o conservador del PP sin tapujos y eso políticamente tiene un coste.
Llegado a este punto, alguien puede plantearse que si tienen que pedir el voto de progreso o conservador después de los comicios ¿porque no hacerlo antes?
Claro es que si se llegara a una confluencia de fuerzas de izquierda seria a través de un programa común y desde luego el acuerdo tendría que tener un ámbito mínimamente regional. El marco local quedaría incluido dentro del autonómico.
Desde 1995 la derecha antequerana viene presentándose a las elecciones bajo unas siglas únicas. Las del PP. Sin embargo no ha sido así en la izquierda local, que desde el 3 de Abril del 1979 viene presentándose dividida.
¿Es esta una oportunidad de buscar la unidad de las fuerzas progresistas? Parece ser que si, otra cuestión es que exista o no voluntad de conseguirla.
La aparición de grupos o plataformas queriendo tener representación en el Ayuntamiento, sin dejar clara su ideología aumentan la confusión y la dispersión del voto y por tanto le hacen el juego a la derecha aunque bien se cuidan de no informar de ello a los antequeranos no vaya a ser que con objetividad y claridad le acaben descubriendo su juego.
Creo que todavía hay posibilidades de que las elecciones de Mayo, se celebren bajo el marco jurídico de la Ley Orgánica 5/1985 de Régimen Electoral General y modificaciones posteriores, pero de no ser así, a algunos personajes que andan entre dos aguas no solamente se les mojaran los “gayumbos” si no que corren serio peligro de desaparecer en las agitadas olas políticas.
El “pucherazo” electoral que prepara el PP se puede convertir en un motivo más para que los ciudadanos retiren la confianza en un partido que llegó al poder mintiendo, que desde el minuto uno ataca al Estado de Bienestar, es decir los servicios sociales construidos en los últimos cuarenta años y que tanto han contribuido a evitar situaciones de pobreza y desigualdad, logrando cohesión y paz social.
Es pues tiempo de reflexión y de política de altura, para que la primavera del 2015 sea la que abra un nuevo tiempo de esperanza y de ilusión, de empleo y de prosperidad para las familias que tan necesitadas están de ello.
Antequera y sus ciudadanos no se merecen tanto sufrimiento.
Os animo a la participación en este proceso de cambio. Ahí os espero.
Francisco Calderón Gálvez.
