Desde la creación del Universo y desde que el mundo es mundo, el hombre no solo ha sido el más inteligente de todos los mortales, sino que también ha querido tener la satisfacción del poder como único baluarte para el dominio de los pueblos. Que mediante la guerra, la destrucción, y obviando los derechos Humanos, tratan de conseguir su bienestar sobre todas las cosas.
De ahí que no haya tenido ningún descanso en intentar ser más que nadie. Todas las formas usadas, como la maldad, el egoísmo, la intolerancia, la mentira, el odio, etc… son válidos para conseguir sus objetivos.
Por consiguiente nos olvidamos de cualquier intento de resurgir, ya que por un instante podíamos pensar en si sería mejor la unión que la destrucción, la paz y no la guerra, para que los pueblos vivan cada día mejor.
Porque no se puede conseguir la unidad de todos los pueblos, con el castigo y la destrucción tan solo lo justo verá la luz.
Y si vamos con calma, y analizamos todos los pros y los contras, veremos al final, que sólo hay un camino, desde que el mundo es mundo, para ser alguien en la creación del Universo. El bien entre las razas.
Autor: Manuel Hidalgo
