En mi vida, tanto de cofrade, como de miembro de la junta de gobierno e incluso como mi pertenencia a la Parroquia de San Pedro, solo existe una persona que me lo ha dado todo, Antonio. Si me dicen quien guió mi vida como cofrade, digo que, Antonio. Si me dicen quien me enseñó los pasos para ser un buen hermanaco, digo que, Antonio. Si me dicen quien me contó lo que hay que hacer para aprender a ser, primero, un buen cristiano, segundo a convivir con los compañeros, y tercero a aprender de los mayores. Digo que Antonio. Si me dicen quien es el que siempre me ha tendido la mano cuando más lo necesitaba, digo que Antonio. Si me dicen quien me abrazó, cuando saqué por primera vez el trono del Cristo de la Misericordia, como también cuando me consoló durante algunos años en que nos llovió, estando el paso en la calle, digo que Antonio Bracho Rubio. Y ahora digo: a Él, primero y a toda su familia después. Que tengo que agradecerle lo que ha hecho por mí y por todo cuanto me ha ayudado. Para él, deseo expresar mis más efusivas felicitaciones. Gracias por ser como eres. Gracias por haberme dado todo. Y gracias por tener una familia como la tuya. P. D. Si me dicen quien se tomaba las copillas de vino Blázquez o Tío Pepe en casa de Juan Espinosa, junto a Juanito Sánchez, Antonio García, Pepe Sánchez, Paco Vergara y Pepe Ros. Yo digo que Antonio Bracho Rubio. Que grande eres.
Manuel Hidalgo
