No termino de comprender por qué te fuiste, tal vez querías estar junto al padre, arriba, y allí al lado de él poder contarnos todo lo que se te quedó pendiente. Ya, ya. Ya sé que por ti estarías aún junto a nosotros, pero en eso solo manda él y donde manda patrón, ya se sabe. Eso sí, por lo menos podías habernos avisado, porque así de sopetón sin decir nada pues como que no. La otra tarde cuando charlábamos en tu casa me di cuenta de la actitud tan positiva, pensando en el Belén de este año, en como lo ibas a hacer y me distes unas cuantas ideas para que yo las hiciera. Si Antonio sí, siempre estabas dando en todos los aspectos y en todos los campos. Nunca te cansabas de dar y de enseñar.
Pero ante todo quisiera que nos mandaras una foto del Belén de este año, cuando lo termines claro, seguro que éste tendrá el mayor premio que se haya dado nunca porque estará hecho con personas reales. Donde los pastorcillos cantarán al son que tú les mandes, el cielo será inconmensurable, donde el misterio ya no será tal, sino real. Donde el día y la noche será una misma realidad y tú lo verás eternamente. Antonio Bracho Rubio siempre estarás en mi pensamiento.
Manuel Hidalgo
