Dicen que nunca llueve a gusto de todos. Y eso es tan cierto como la vida misma. Normalmente es lógico que el agricultor desee el agua de lluvia para cosechar sus productos del campo, como también lo es el comerciante que no desea que llueva a la hora se abrir sus establecimiento. Por eso siempre habrá discordias a la hora de ponerse de acuerdo en materia de cuando debe de llover. Pero si pensamos un poco nos daremos cuenta de que se nos olvida algo muy importante y es que no solo nos debe de importar en cuando debe de llover, sino en como lo hace. Y yo creo que ahí es donde está el verdadero problema, ya que el hombre nunca podrá hacer nada que este en contra de la naturaleza. Por otro lado y ocasionalmente suelen producirse alteraciones del tiempo que se convierten en grandes catástrofes, como pueden ser lluvias torrenciales, abundantes tormentas, aumento de las temperaturas, produciendo desbordamientos de los ríos, tsunamis, complicadas sequías, glaciares desaparecidos, y muchas más. Todo esto producido por las alteraciones que el hombre a producido a lo largo de su historia, como pueden ser: grandes industrias, energía nuclear, movimientos de tierra, vertidos nucleares, que dañan la capa de ozono. Por todo eso debemos siempre tener presente que el hombre tiene que aceptar, que el tiempo y las lluvias no son como él quiere que sea, sino como la naturaleza le plazca.
Manuel Hidalgo
